¿Cuándo se debe usar un bozal?

Los bozales pueden evocar reacciones y estereotipos injustos. Muchos perros pueden usar un bozal y no por ello ser especialmente agresivos, o “malos”. De hecho, en Adiestrar Perros siempre insistimos en que ningún perro es “malo” o “agresivo” por naturaleza. Más bien, tienen comportamientos agresivos motivados por alguna carencia, trauma o aprendizaje.

Pero los bozales pueden ser muy prácticos, tanto para prevenir situaciones desagradables como para darte la tranquilidad que necesitas en algunas situaciones concretas. Por eso queríamos escribir un artículo que rompa esos tópicos, que explique el uso correcto del bozal, y que incluya una pauta para que familiarices correctamente a tu perro con él.

¿Cuándo se debe usar un bozal?

Historial de agresividad

Como decíamos, un bozal puede ser un elemento tranquilizador en algunas situaciones cuando un perro tiene historial de agresiones, ya sea hacia humanos o hacia otros perros.
Y decimos “tranquilizador” porque, en caso de que se dé una situación de ataque o de pelea, los perros pueden contagiarse de la tensión y el estrés de su propietario. Y eso solo agranda el problema.
En cualquier caso, lo mejor es identificar las causas de esa agresividad y reducirla poco a poco, ofreciendo alternativas que hagan sentir al perro más seguro y relajado, y que fomenten un comportamiento mejor. Y para ello puede ser necesaria la ayuda de un etólogo canino.

Situaciones repentinas de miedo o dolor

Incluso el perro más simpático puede no encontrar otra solución que la de morder ante una incomodidad extrema. Y aunque hay señales claras de que un perro se acerca a su zona crítica, cuando hay dolor de por medio puede reaccionar de maneras fuera de lo normal.
La habituación a ciertos estímulos y la socialización son la base para que los perros no vean amenazas donde las hay. Si un perro no está acostumbrado a un entorno, a personas o a otros perros, es mejor que lleve bozal hasta que tengas la seguridad de que no lo necesita. Recuérdalo cuando lo lleves a la peluquería o al veterinario, porque manejar a un perro cuando está estresado no es fácil. Por eso es tan importante socializarlo lo más temprano posible, y con cuantas más personas y perros, mejor.

Normativa de perros potencialmente peligrosos

Lamentablemente, algunas razas cargan con el estigma de ser agresivas y potencialmente peligrosas. Y cómo indicábamos en nuestro artículo sobre los Perros Potencialmente Peligrosos, la normativa no resuelve el problema de la tenencia y el entrenamiento irresponsable de algunas razas. Más bien, refuerza la percepción social de que son peligrosos, limitando seriamente su libertad y su capacidad de socializar.
A la espera de que la modifiquen, como está previsto, la normativa vigente obliga a que los perros incluidos en la lista lleven bozal en la vía pública. Para evitar multas cuantiosas, mejor obedecer.

 

Instinto de caza elevado

Algunas razas, como el Galgo español o el Lebrel irlandés, tienen un marcado instinto de caza y, sin un adiestramiento completo, pueden lanzarse a la persecución de animales más pequeños. Incluso cuando tienen la correa puesta. Y usar un bozal puede evitarte problemas más serios.

Carroñeros

Algunos perros son activos buscadores de comida durante sus paseos, cosa que, por cierto, puede causar problemas gástricos y otras enfermedades, incluso transmisibles a humanos.

Un bozal no es la solución definitiva y no eliminará completamente la posibilidad de que tu perro ingiera algo de la calle, pero sí que reducirá la probabilidad.

La solución definitiva pasa por la educación y la identificación de las causas de la conducta. Sin ir muy lejos, un perro abandonado puede adquirir el hábito de comer de la basura, o lo que encuentre a su paso.

Transporte público

La normativa de transporte público obliga a que los perros lleven una correa corta, de 50 centímetros como máximo; viajen en vagones determinados y, por supuesto, lleven un bozal.
Vemos que estas normas se incumplen con frecuencia, pero si quieres evitar multas, es mejor cumplirlas.

 

Para evitar comportamientos molestos

Se puede usar un bozal para disminuir o eliminar un comportamiento molesto, siempre que se haga un trabajo previo para solucionar sus causas. Algunos propietarios inexperimentados pueden utilizarlo para castigar comportamientos indeseados, y hacerlo sin ese trabajo previo puede incrementar el estrés o la ansiedad de su perro.

Por ejemplo, cuando un perro sufre de ansiedad por separación puede desarrollar conductas destructivas o ladrar excesivamente. Esto es frecuente cuando pasan mucho tiempo solos en casa. Y aunque un bozal pueda parecer buena idea, no lo es. Solo se debe usar un bozal para situaciones concretas, y jamás por períodos muy prolongados. Y, en todos los casos, se debe encontrar la causa de estos comportamientos, y solucionarla con diferentes ejercicios: juego con otros perros y personas, juguetes interactivos, estimulación olfativa, ejercicio suficiente y paseos agradables, terapias adecuadas para solucionar problemas de comportamiento.

 

¿Cuándo no es buena idea usar un bozal?

Se puede usar bozal en muchas situaciones. Pero lo importante es haberlo positivizado, y acostumbrar al perro de manera progresiva a llevarlo puesto. Si se quiere utilizar para disminuir un comportamiento negativo, es importante haber hecho un trabajo previo para solucionar las causas.

También hay que tener en cuenta el modelo de bozal, ya que hay bozales que no dejan al perro abrir la boca lo suficiente, y que no se debe usar cuando hace calor.
Recuerda que los perros regulan su temperatura mediante el jadeo, y pueden sufrir de un golpe de calor.

bozal para perros

 

¿Cómo acostumbrar a tu perro a usar un bozal?

  • El principio puede parecer difícil, porque no lo debes forzar. Ten en cuenta que tu perro no sabe qué es un bozal o para qué sirve. Deberás dejar que lo olfatee y se familiarice con él.
  • Los premios son una buena manera de hacer que el perro lo asocie con consecuencias positivas. Empieza por premiarlo cuando pueda ver el bozal, y prueba a dejar un premio dentro para que meta el hocico dentro.
  • Felicítalo y recompénsalo cuando se acerque voluntariamente a él. Para entonces ya deberías poder ajustarlo brevemente, y extender el tiempo progresivamente.
  • No vayas muy rápido. Puede perder el interés si no hay un premio dentro.

 

¿Cuáles son los mejores bozales?

Bozales hay muchos, aunque ni todos son igual de recomendables, ni hay una normativa sobre su calidad. Muchos, de hecho, favorecen la estética por encima de la practicidad o la comodidad.
Lo realmente importante es que quede bien ajustado y que no cierre completamente la boca del perro. Al contrario, debe permitirle respirar y jadear normalmente, beber agua y hasta recibir premios. Tal vez, tu veterinario de confianza puede ayudarte a elegir el mejor para tu perro, o incluso para su raza.

 

Bozales de cesta

Su solidez y dureza los hacen muy seguros a la hora de evitar mordidas, sin limitar su capacidad de comer, beber o recibir premios. Los hay con aberturas frontales, cosa que los hace muy prácticos para el adiestramiento o el trabajo de la obediencia.

Los hay más y menos largos, como los de tipo Baskerville, que se adaptan mejor a distintos tipos de morro y no limitan la ingesta de comida o premios.

Sus principales inconvenientes son 1. que pueden provocar roces y heridas, si no tienen un encaje perfecto para la talla y la forma de su hocico, y 2. que son poco discretos y eso influye en la percepción de las personas que lo ven.

Bozales de nylon

Son más discretos, plegables y cómodos de transportar. Pero al no ser rígidos, limitan menos la apertura de la boca de los perros. Eso los hace menos efectivos a la hora de impedir que ingieran algo del suelo o, en el caso de perros con mandíbula fuerte, que muerdan.

En su contra podemos decir que pueden provocar irritaciones si se acumula la saliva mucho tiempo. Por eso, lavarlos con frecuencia es un precio añadido.
Los hay de varios tipos. Los de rejilla pueden reducir esa acumulación de saliva, aunque no la eliminarán del todo. Y los de velcro te permitirán ajustarlos a cada situación, aunque, otra vez, pueden no ser totalmente seguros.

 

Conclusión

Nos encantaría ver a perros corriendo libres y sin bozal. Pero en un contexto urbano, con una normativa hecha por y para humanos y cierto desconocimiento de las situaciones que requieren usar un bozal o no, es un sueño.
Más bien, lo que es realmente importante es que los perros cuenten con una socialización suficiente, un buen nivel de obediencia y de gestión de sus emociones para que vuestra relación esté basada en la seguridad y la confianza.