Compartir vida con un perro es un compromiso de larga duración. La relación que se desarrolla en sus más de 10 años de vida es muy profunda, por no decir que única e irremplazable. Por eso, cuando aparecen los primeros síntomas de envejecimiento se debe hacer algunos cambios en su cuidado para que su calidad de vida no se vea perjudicada.

Según la raza estos síntomas aparecen más tarde o más temprano. Pero en general, el cambio en el pelaje, el aumento de sus horas de sueño o una disminución en la agudeza de sus sentidos y en la rapidez de sus reacciones son indicios claros. No obstante, el envejecimiento de un perro no es sinónimo de inactividad, y muchas de sus capacidades siguen necesitando estimulación para evitar su aburrimiento. Siguen necesitando actividades físicas y mentales pero adaptadas a su edad.

La adaptación del cuidado de perros mayores tiene por objetivo encontrar los métodos más apropiados para cada caso. La asesoría de un etólogo profesional especializado en comportamiento canino te dará las claves para que disfrutes de tu perro incluso en edades avanzadas y proporcionarle una segunda juventud y mejor calidad de vida.