Galgo español

El Galgo español tiene una personalidad muy afectuosa, es raramente agresivo y tiende a llevarse muy bien con los niños. Perros veloces (pueden correr a más de 65 kilómetros por hora), utilizados para perseguir liebres y para carreras, muchos son maltratados o abandonados si no cumplen determinados objetivos. Por eso son tan comunes en perreras y protectoras, que cada año ven a muchos esperando una segunda oportunidad.


Su pasado como perro de caza y persecución contrasta con un gusto muy especial por quedarse en casa, cosa que lo hace un perro ideal para familias con niños, y para la vida en apartamentos.

El Galgo español pertenece al grupo X – Lebreles.

 

Características físicas:

 

Características Descripción
Cuerpo Fino y alargado, de pecho voluminoso y patas largas.
Cabeza Larga y estrecha.
Pelo Pelo corto y fino, pegado al cuerpo y en variedad de colores. También existe una variedad de pelo duro y más largo.
Altura 62 – 70 cm
Peso 27 – 30 kg
Esperanza de vida 12 – 14 años

Características psíquicas:

 

Características Descripción
Afección Alta (Con una correcta socialización)
Amigabilidad Alta (Con una correcta socialización)
Amigo de los niños Alta (Con una correcta socialización)
Amigo de otros animales Medio (Con una correcta socialización)
Necesidad de ejercicio Media
Jovialidad Media
Nivel de energía Medio
Adiestrabilidad Media
Inteligencia Medio
Tendencia a ladrar Baja
Pérdida de pelo Media

Historia del Galgo español

 

Hay debate en torno al origen del Galgo español, ya que las evidencias lo sitúan en poblaciones celtas y en Asia, de donde tendría más sentido que provenga. Algunos lo sitúan en la Antigua Roma, donde tal vez llegó importado del Antiguo Egipto. Otros sugieren que desciende del Saluki (Galgo árabe), y que llegó a la península ibérica con la invasión musulmana. Pero si algo nos dice todo esto, es que el Galgo ha estado junto a nosotros mucho tiempo.

Su gran velocidad los hizo indispensables en la caza menor, para perseguir conejos y liebres, actividad reservada a la nobleza durante la Edad Media. Por lo mismo, serían usados para las carreras, cruzándolo con otras variedades de galgo en busca de especímenes más rápidos.

A menudos se los confunde con los Greyhound (Galgo inglés), aunque tienen rasgos distintivos: son más pequeños, tienen un pecho menos profundo y un físico más estilizado.

Su función histórica no ha cambiado, y a día de hoy continúan sirviendo para la caza y las carreras, en entornos poco aptos donde son maltratados o abandonados si no son lo suficientemente rápidos o cuando termina la temporada de caza.

Entre eso, y su fama de excelentes animales de compañía, es una raza muy adoptada en España, a la espera de que se regule adecuadamente esas prácticas.

 

 

Cuidado

 

El Galgo español es una raza leal y afectuosa, aunque puede mostrarse tímido ante desconocidos. Son tranquilos y dóciles, y les gusta la vida en casa, donde son más bien pasivos. Pueden vivir perfectamente en apartamentos pese a su tamaño. Ahora, como perros de caza, y de acuerdo a sus características físicas, los galgos españoles necesitan correr en espacios abiertos y sin correa con cierta frecuencia. Como en cualquier otra raza, el ejercicio físico es importante para cubrir sus necesidades físicas y mentales. Y si van a pasar tiempo solos en casa, es importante que cuenten con juguetes para entretenerse.

En general, los galgos españoles responden muy bien a técnicas de refuerzo positivo. Pero conocer su origen es importante para comprender sus motivaciones y traumas. Un perro abandonado o maltratado necesitará un adiestramiento específico, y más tiempo para recuperar la confianza en los humanos.

Suelen ser tolerantes con otras mascotas, aunque siempre se aconseja socializarlos correctamente. Un galgo entrenado para la caza podría, por ejemplo, iniciar la persecución de un gato en casa y crear situaciones delicadas.

Su pelaje es corto y necesita un cepillado semanal, preferiblemente con un guante para no eliminar la protección natural de su piel. No requieren baños frecuentes si no están muy sucios. Ahora, son muy sensibles al frío, razón por la que suelen llevar abrigo durante el invierno.

El desgaste de sus uñas dependerá de su actividad física, aunque es muy recomendable revisarlas con frecuencia y mantenerlas cortas para darle la máxima comodidad.

 

Problemas de salud y enfermedades

 

Osteosarcoma. Un cáncer de huesos agresivo, que se ha visto en muchos lebreles.

Problemas en los dedos. Los lebreles son proclives a desarrollar callos por uñas mal cuidadas que afectan a su apoyo, y que en casos severos pueden llevar a la amputación.