Enfermedades más peligrosas de los perros

Cualquier cambio en el bienestar de tu perro suele ser motivo de preocupación. Y ciertos síntomas pueden indicar que algo va muy mal. Sin embargo, algunas de las enfermedades más mortales de los perros avanzan lentamente. Por eso es importante observar y estar atento a cualquier cambio, físico o de comportamiento, y no faltar a las revisiones con tu veterinario de confianza. Incluso cuando parezca que todo va bien. Entre las enfermedades más peligrosas de los perros hay patologías y trastornos bastante frecuentes en la veterinaria. Y también, algunas enfermedades raras con alta mortalidad, pero baja frecuencia.

El malestar de físico muchas veces se manifiesta en forma de problema de comportamiento, y saber la diferencia es muy importante. Tanto como identificar rápidamente síntomas y señales, y evitar complicaciones. Por eso, en Adiestrar Perros te las explicamos.

 

Enfermedades más peligrosas de los perros

Parvovirus canino

 

El parvovirus es una enfermedad vírica muy contagiosa y de presentación aguda. Es decir, que se desarrolla muy rápido y tiene una alta tasa de mortalidad si no se trata. El virus que la produce ataca a las células que están en continua reproducción, como la mucosa gastrointestinal. Por eso, produce un cuadro clínico que incluye los siguientes síntomas:

  • Vómitos
  • Fiebre
  • Anorexia
  • Diarrea abundante, que puede contener sangre
  • Deshidratación
  • Depresión
  • Dolor abdominal

El contagio del parvovirus canino se produce por contacto con heces contaminadas. Un perro enfermo puede excretar el virus durante semanas. El virus también puede transmitirse en los pies, el pelo, los zapatos, etc. Aunque afecta a perros de todas las edades, es más frecuente en cachorros de entre 6 y 12 semanas de edad.

Sólo se puede matar al parvovirus con productos como la lejía.

El parvovirus se diagnostica en clínica con una prueba de detección rápida, aunque los falsos negativos no son poco frecuentes. Por eso es importante conocer y observar los síntomas.
El tratamiento requiere hospitalización para controlar los vómitos y la diarrea, y para rehidratar al perro. Además, suele requerir antibióticos potentes para tratar las infecciones bacterianas secundarias que se producen por el debilitamiento del sistema inmunitario. Estas son medidas que suelen funcionar, pero no existe un tratamiento específico contra el parvovirus.

El pronóstico dependerá de la virulencia de la cepa, de la edad del perro, del estado de su sistema inmunitario, y de la rapidez de la detección y el tratamiento.

Si tu perro ha tenido parvovirus, tendrás que desinfectar toda la casa, y todo lo que haya tocado con lejía. Como medida preventiva, la vacunación es obligatoria a las 6 semanas de vida del cachorro.

 

Moquillo

 

El moquillo es otra enfermedad muy contagiosa, también causada por un virus. Puede afectar a cualquier perro, por lo que la vacunación con la vacuna polivalente canina es obligatoria a las 8 semanas de vida.

Se transmite por aspiración, y es más común en cachorros de entre 6 y 12 semanas. Ataca las neuronas, la piel, la conjuntiva y las mucosas respiratorios y gastrointestinales. Eso hace que los síntomas puedan ser muy diversos. Los más comunes son:

  • Fiebre
  • Anorexia
  • Dolor
  • Apatía
  • Secreción acuosa por los ojos y la nariz (que se vuelve espesa, pegajosa y amarillenta con el tiempo)
  • Tos seca
  • Vómitos y diarrea que pueden provocar deshidratación
  • Encefalitis
  • Algunas cepas pueden provocar el endurecimiento de la nariz y la formación de callos en las almohadillas de los pies.

 

La encefalitis en los perros provoca mucha salivación, sacudidas de cabeza, movimientos inusuales de masticación, o convulsiones epilépticas. También es común el llamado «mioclono del moquillo», un trastorno que provoca la contracción de grupos de músculos en cualquier parte del cuerpo, aunque lo más frecuente es en la cabeza. Aparece durante el descanso o el sueño, pero acaba afectando día y noche.

Es una de las cinco enfermedades más peligrosas en los perros, y también requiere hospitalización. Como con el parvovirus, no hay más tratamiento que el apoyo y el cariño. Se medicará al perro con antibióticos para prevenir las infecciones derivadas, se hará inyecciones intravenosas para controlar la diarrea, los vómitos y las convulsiones, y para contrarrestar la deshidratación.

Es fundamental iniciar el tratamiento rápidamente, ya que la letalidad depende de factores como la virulencia de la cepa, la edad del perro y su estado de vacunación.

Enfermedades más peligrosas de los perros
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3. Torsión o dilatación gástrica

 

La torsión gástrica es una urgencia veterinaria muy frecuente, que puede acabar rápidamente con la vida de un perro. Su alta mortalidad tiene que ver con la rapidez en que se inicia el tratamiento. El tiempo de reacción es un factor crítico para la supervivencia.

Cuando se produce la torsión gástrica en los perros, el estómago se distiende por la presencia de gas y líquido. Cuando esto ocurre, el estómago se da la vuelta por su propio peso y queda prácticamente sellado. Eso, a su vez, impide la salida del aire y del líquido acumulado y corta la circulación sanguínea. Aunque puede pasarle a cualquier perro, es más frecuente en las razas de perros grandes.

Los síntomas de la torsión gástrica en los perros incluyen:

  • Inquietud y agitación
  • Hipersalivación
  • Náuseas y arcadas (no vómitos)
  • Distensión abdominal
  • Respiración acelerada
  • Ritmo cardíaco acelerado
  • Debilidad

Tu veterinario confirmará el diagnóstico con una radiografía. Los casos de torsión gástrica suelen requerir una intervención quirúrgica, previa estabilización del perro con líquidos y medicación intravenosa.
La supervivencia dependerá de la rapidez con que acudas al veterinario.

La causa más frecuente es comer demasiado rápido. Para prevenirla, hay varias alternativas. Puedes dividir la comida del perro en varias raciones al día, evitar el ejercicio con el estómago lleno, o evitar que beba o coma grandes cantidades en una sola vez.
Para esto último, puedes considerar los platos para comer lento.

 

4. Anemia hemolítica

 

Para entender la anemia hemolítica se debe entender qué es la hemólisis.
La hemólisis es la descomposición de los glóbulos rojos en bilis y hemoglobina. Estas sustancias se acumulan en el organismo, y causan ictericia (ese tono amarillento de los ojos y las mucosas) y hemoglobinuria (orina de color marrón anaranjado).

Un perro anémico está débil, pálido y puede tener el bazo, el hígado y los ganglios linfáticos agrandados. Hay enfermedades que pueden causar indirectamente anemia, como el lupus, la leishmaniasis, la leptospirosis, la ehrlichiosis o la babesiosis. Muchas de ellas están relacionadas con parásitos como la garrapata, aunque eso no hace a la garrapata responsable directa de una anemia.

La anemia tiene una mortalidad alta. Por eso está en esta lista de enfermedades más peligrosas en los perros. Sus síntomas son:

  • Fiebre
  • Ojos y mucosas amarillas
  • Orina de color naranja o marrón
  • Vómitos

La anemia hemolítica se detecta con un análisis de sangre, ya que se puede ver el parásito con un microscopio. El tratamiento debe ser inmediato, y consiste en eliminar el parásito y controlar la anemia. Pero los casos más graves pueden requerir una transfusión de sangre.

Se trata de una de las enfermedades más peligrosas de los perros. La supervivencia dependerá, sobre todo, del estado inmunitario del perro, de la detección de los síntomas y de la rapidez con que se acude al veterinario.

 

5. Cáncer

 

El cáncer es un crecimiento celular anormal que invade tejidos circundantes y crece de forma incontrolada, pudiendo afectar incluso a los huesos.

Cuando invaden un órgano, estas células malignas no pueden cumplir la función que hacían las células normales, y eso provoca fallos del órgano. La esperanza de vida de un perro con cáncer depende de muchos factores. La virulencia del cáncer, la edad del perro o el órgano afectado, por nombrar algunas.

Un diagnóstico y un tratamiento tempranos suelen tener mucho que ver en el pronóstico. Normalmente, se recomienda la extirpación del tumor y del tejido circundante, siempre que sea posible. La mayoría de los cánceres en los perros se detectan mediante un simple examen físico.

De ahí la importancia de acudir puntualmente a las revisiones veterinarias, y no dudar ante la detección de bulto, miembros hinchados o cualquier anormalidad.

Algunos tipos de cáncer, como los que afectan al bazo o al hígado, pueden tardar en presentar síntomas. Estos se manifestarán en signos como la pérdida de peso, vómitos, diarrea o estreñimiento. El cáncer afecta normalmente a los perros adultos y perros mayores.

Y, como los perros viven más tiempo gracias a que tienen una calidad de vida cada vez mejor, no es raro que la incidencia del cáncer aumente.

 

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Mente sana en cuerpo sano (y viceversa)

 

Aunque muchas enfermedades son, sencillamente, biológicas, muchos otros problemas de salud son evitables con un buen adiestramiento canino. Si la obediencia es la adecuada, es menos probable que haya contactos y comportamientos indeseados.

Y aunque no podamos todo controlado, sí se puede reducir la probabilidad de contagios. Porque, sea por la causa que sea, una enfermedad no es agradable para nadie.
Especialmente para tu perro.