La etología canina y sus desafíos

La etología canina está cada vez más valorada, en parte gracias a que los perros están cada vez más presentes en la vida humana. Pero más perros significa más relaciones entre perros, y entre perros y humanos. Además, una legislación cada vez más inclusiva con los perros como la nueva Ley de Animales de Compañía hace que seamos más conscientes de sus emociones y de la importancia que tiene su integración al mundo humano.

Porque la mayoría de los problemas de comportamiento de los perros tiene una causa psicológica y aprendida: falta de socialización, maltrato, abandono o hambre, por nombrar las más frecuentes. Eso suele manifestarse en miedo, agresividad, retraimiento, ansiedad o depresión. Y, a menudo, estos problemas tienen una solución más sencilla de lo que se cree.

Esta semana, en Adiestrar Perros queremos explicar qué es la etología canina y cómo contribuye al bienestar de los perros y a la tranquilidad de sus humanos.

¿Qué es la etología?

De la raíz griega ethos, que significa “costumbre” o “valores”, la etología es la disciplina de la biología y la psicología que estudia el comportamiento de los animales en su entorno natural.

Esta breve definición ya es una paradoja, porque es difícil definir cuál es el entorno natural de los perros después de más de 12 000 años conviviendo con humanos.

Entorno natural y domesticación son dos conceptos opuestos. Pero la etología busca entender los comportamientos, individuales y colectivos, mediante los que los sujetos interactúan con su entorno, afectándolo o no. Y, por supuesto, las causas y funciones de ese comportamiento.

Los lobos se convirtieron en perros que se adaptaron a entornos humanos y dejaron de cazar para alimentarse. Colaborar con los humanos requería menos esfuerzo, y eso los llevó a entendernos mejor y a desarrollar un vínculo afectivo que se ha fortalecido con el tiempo.

Mediante el cruce selectivo, el humano logró asentar esas conductas y desarrollar capacidades anatómicas y conductuales adaptadas a entornos y trabajos específicos. Y eso llevaría a lo que hoy conocemos como razas.

Si quieres profundizar en el tema evolutivo, te recomendamos leer nuestros artículos sobre las diferencias entre lobos y perros, sobre la alimentación canina, y sobre la diabetes en los perros. Porque todos están relacionados con cambios de hábitos humanos que fueron mucho más rápido que los de la evolución de los perros.

 

¿Qué hace un etólogo canino?

La mayoría de los perros tiene una historia que va más allá de la que nos cuentan en su lugar de adopción, sea una perrera o una protectora. Y esa historia puede tener sombras muy oscuras cuando entran en escena la cría irresponsable o actividades clandestinas como carreras y peleas, que a menudo derivan en traumas, maltrato y abandono.
Y aquí debemos recomendar nuestro artículo “perros mestizos o de raza”, en el que profundizamos en los problemas del mercado de perros de raza.

Como especialista en psicología canina, un etólogo canino se dedica a identificar y a ayudar a los perros a solucionar sus problemas de comportamiento, y a asesorar a los propietarios a actuar de la mejor manera con sus perros. La corrección de conducta es uno de los servicios más solicitados.

Sin embargo, las herramientas de que dispone un etólogo canino son muy útiles para la educación canina en general. Ayudan a darles confianza en si mismos y a gestionar sus emociones.

 

¿Cuáles son los desafíos de la etología canina?

Como decíamos, el objetivo de la etología canina es el de comprender y modificar hábitos y reacciones ante estímulos concretos. Porque observar el comportamiento de los perros desde una perspectiva humana está plagado de sesgos que les quitan su naturaleza, los antropomorfizan, y aumentan la distancia con que la entendemos.

Los profesionales del comportamiento canino probamos y desarrollamos constantemente, exploramos nuevas ideas, investigamos, leemos y debatimos. Y estos son los desafíos con que nos encontramos hoy:

 

Prevención de conductas problemáticas

Muchos de los problemas que trata la etología canina llevan mucho tiempo entre nosotros. Pero los considerábamos inherentes a la presencia del perro. Los castigábamos o los dejábamos fuera sin darles ningún tipo de feedback, empeorando el problema o sembrando la confusión.

Por lo general, nos ocupamos de los problemas de comportamiento en los perros cuando ya es demasiado tarde. Por ejemplo, cuando hay casos de agresividad. Siempre es buena noticia que alguien identifique un problema y busque ayuda profesional para resolverlo. Pero una intervención temprana podría haber evitado o reducido el problema.

La prevención puede adoptar muchas formas: desde la cría responsable, una buena adaptación del perro al hogar, una integración social adecuada, un adiestramiento eficaz y saber responder con rapidez a las señales de alarma.

Desafíos etología canina

Más atención a la etología

Un etólogo canino ha aprendido a leer el lenguaje corporal de los perros, y comprende las señales de que un perro está estresado, ansioso o asustado. Además, es capaz de interpretar la comunicación de los perros, y tiene un profundo conocimiento de su “universo subjetivo”.

Comprender la historia natural y el comportamiento aprendido de los perros merece tanta atención como la teoría del aprendizaje canino, que acapara la atención últimamente.

 

Más investigación y colaboración interdisciplinar

Cuando los profesionales de distintas disciplinas trabajan juntos, aumenta la eficacia de su intervención, contribuyendo notablemente a mejorar la calidad de vida de los perros y a darle más tranquilidad a sus propietarios.

Cuando es un humano quien tiene problemas de conducta suelen colaborar profesores, entrenadores, psicólogos o médicos. De la misma manera, en un mundo ideal, tendríamos una colaboración regular entre etólogos, psicólogos, veterinarios y entrenadores. Y aunque no deja de haber avances y descubrimientos sobre la evolución, el aprendizaje y la inteligencia de los perros, algunas preguntas siguen estando muy abiertas. Por ejemplo, qué información exacta transmiten los marcajes, cuál es la mejor forma de tratar las peleas entre perros, o cuál es el propósito del juego canino.

 

Estudios genéticos que amplíen nuestra comprensión de los perros

Desde 2005, que se descifró el genoma canino, los estudios sobre la evolución de los perros son sorprendentes. Y hoy, no dejan de aparecer nuevos descubrimientos. Por ejemplo, que se haya identificado el gen responsable de la variedad de tamaños entre los perros. Los avances tecnológicos han ampliado la investigación genética sobre el momento y el lugar en que empezaron la domesticación y el desarrollo de las razas.

 

Etología canina

 

La cría de perros de compañía

Pocos criadores se dedican a la cría responsable de animales de compañía – cosa que la nueva Ley de Animales de Compañía combate frontalmente. De hecho, muchos perros de raza, incluso vendidos por su pedigree, incumplen algunas de las características genéticas, anatómicas y temperamentales que deberían tener. Pueden tener un tamaño, un color o una estructura general inadecuados para las exposiciones. Pueden no tener el instinto competitivo que se buscaba para concursos de Agility o no ser aptos para la caza por tener miedo a los ruidos fuertes o a los petardos.

Los perros de trabajo tenían características propias. Pero los perros trabajan cada día un poco menos, y algunos de esos rasgos se diluyen con el mestizaje, el cruce accidental y la cría irresponsable. Y eso no elimina su instinto, que, como decíamos, puede tardar en desaparecer más tiempo que un rasgo físico.

 

Reconsiderar las pruebas de temperamento

Las pruebas de temperamento han sido utilizadas durante décadas para determinar el carácter que un perro tendrá de adulto. Algunas están diseñadas para predecir la agresividad de los perros, y así decidir qué perros son más adoptables. Otras pruebas están diseñadas para predecir la personalidad y la disposición para el trabajo y, también, qué cachorros son más compatibles para qué hogares.

Pueden parecer objetivos legítimos, pero las pruebas de temperamento no son predictores objetivos, porque en muchos casos se hacen antes de que el perro haya socializado y se haya familiarizado con un entorno físico y social. Cada perro es único en su personalidad y sus motivaciones. Y aunque haya algunos factores genéticos, otros solo los pueden aprender socializando.

Y hoy, en la etología canina se habla más de estos sesgos y de si se puede diseñar pruebas más éticas y efectivas, o si estas limitaciones son el límite.

Mejorar los programas de certificación

En España, la etología canina es una especialización en forma de posgrado o Máster. Sin embargo, hay cursos accesibles que enseñan algunos principios. Algunos con estándares cuestionables, que impiden tener un conocimiento completo y actualizado.
Y, sin embargo, con cada vez más perros en más casas, la demanda de entrenadores profesionales y etólogos no deja de aumentar.

 

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